Paul Guillén (Ica, 1976). Estudió literatura en
i
Cuadrados eternos circulares
Formas que no puedes tener
pero que presientes la pureza
y cómo desciende a los ojos
una gama de amianto
roquedales exhaustos
de amalgamas
rocas perpetuas
en donde el tiempo
ha grabado el paso de los años
y sientes
que no puedes salir de ese hoyo
y refulgir junto a tu conciencia
en un médano tenuemente delineado
y solo falúas o musgo
te acompañan en tu soledad
es tan extraño
estar debajo de los dioses
y ver pasar los ciclos
y las estaciones
o como prefieras llamar a esta desgracia
ni verdura ni albura verías aquí
ni frescura de rosa de mayo
cuando esperas la hora final
y sientes tus órganos menos pesados
y tu conciencia se expande
y se repliega con anillos formas
y colores novas nebulosas
un olor a vientre materno
y a Virgen
y al primer aire que se transforma
en ausencia de dioses
un mundo acuático
que es el tránsito hacia la rosa negra
un levantamiento de los ojos
hacia dios
y un desfallecimiento
de tu proporción angélica
luego,
uno encuentra
tan abajo
de los dioses
uno encuentra
formas purísimas
arrayanes fuliginosos
y helados
Cuadrados negros desiguales
refulgiendo en tu conciencia
ii
...y el cadalso de los muertos tan arriba de los dioses
sólo marcas de lo que alguna vez fuimos o consumimos
y también llagas hechas para nuestra gloria
¿acaso crees que podrías correr mi misma suerte?
cuando se es inconstante se puede esperar la muerte acurrucado en su prisión
y no respirar volver atrás
y darse cuenta del final
pero es el retorno el que aleja esas tristes emociones
tan añejas del suelo
y mis dedos sienten la dureza de la piedra
y solo respondo
por los otros presos
por sus orbitas desorbitadas
que giran
más que una aureola boreal
Hijo del Cosmos
dinos si en verdad habitas aquí
o si tal vez para nada oramos en tu nombre
o si tal vez no perdemos la esperanza
de ver algún día un hilillo de luz tan tenue
que nos haga imaginar la vía láctea —una nebulosa dirías
pero acaso es cierto todo esto
¿cómo podría saberlo?
y me llago en albricias
pues el espanto arremete férreamente contra mí
y no hay estulticia que aguante mis llagas
porque podrías haber curado tus heridas
pero has preferido vivir y pensar en el Hijo y en Tu Madre
Principia ethica
las leyes de la mente son equidistantes al acimut más áureo del sol Barbaroi fue el vestigio de la urbe silente & los mares juntos sin raptos y sin Palinuro —no ritos órficos— sin la creencia absurda del descenso rompes todo concepto de velocidad odio cuerpo que no sientes tus escamas que es como fundar una nueva ciencia de la percepción que pretenda borrar los contornos corporales & el miedo fluido hacia el summum bonum el arcontado de todos los momentos siderales & estomacales y ése debería ser el mayor placer tantas rimas que producen el zumbido trovadoresco semejante a la cola de un cometa o a los labios de la dolce vitta invención de un serventesio o un nomo ir por las calles tristes de
Aquitania & Cnosos confían en nosotros
sí,
tal vez pasadas las centurias nuestros pliegos sean la comprobación del conocimiento fragmentario del cielo como una cabeza derruida estalactitas de por medio salitre resinoso más que un aborto en la sementera del aquelarre pórtico de un eón más vital que los pies de una japonesa vale más que mil palabras/ todas. no se escribe se inscribe sin poema ni poeta y tan siquiera poesía bardo de barba blanca sin noción del reflexiólogo que habita en ti y de la posición equidistante del cerebelo con Aurora Borealis daguerrotipo cruzado al oriente & occidente como si nada hubiera cambiado y el precio de la moneda sería menor que el placer ansiamos:
Vuelta y no final
Ninguna gota queda ya del mar
Aquí empieza el canto nada eterno
y
Nada eterno como el mundo mi Artificio
Así desnudos los ebrios los inmortales
recogen con sus manos este mundo el pequeño el grande
Un punto sin espacio
para el Ying y el Yang
El yo esencial se abre paso
entre el instinto y el noúmeno
Así este mundo permanece el pequeño el grande el yo esencial
y fue en la batalla cuando escuchamos la humanidad las ruedas oxidadas de la máquina los jeroglíficos extraviados del nonato la música acuática del alcohol los signos para los reales fuegos de artificio en esta galaxia o en cualquier otra Marco Valerio fue el proscriptor más moderno & rústico de las antiguallas creó un método que acaba con el dolor & el arrepentimiento & los celos conocido en las cortes como reflexión difusa y en los monasterios como la tortura del cazador que consiste en amarrar las manos al cubilete, sacar el corazón y arrojarlo a las aves de presa perceptible por otros medios y también por los de la ponzoña: Apolónida, querido guerrero, insulta!
(De
Comentarios
Me reiría ene
algo así como un Sieg Heil mein Kameraden!
Jaja nos vemos !
Un saludo fraternal,
A. R.