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Mostrando entradas de mayo, 2007

EL REGGAE: ORÍGENES DE UNA PASIÓN CARIBEÑA

Música de Jamaica. Del Caribe. De los ghettos londinenses. Es el canto del regreso al África, a las raíces perdidas. Aquí está su verdadera historia. Por Freddy Russo La palabra reggae parece provenir del término raggamufin, que significa desarrapados, desposeídos o simplemente, en lengua cafre, reggae. El grupo Los Maytals, con la canción “Do the Raggay” (Haz el Raggay) se adjudica la invención del nombre reggae. Pero más allá de la polémica etimológica, la evolución de la estructura musical del reggae comienza a plasmarse en los años 40, cuando la influencia de la música afroamericana se hizo sentir en Jamaica. El blues, el boggie woogie y, sobre todo, el rythm & blues, encontraron en el jamaiquino una identidad de ritmo, de sangre y de raza. Toda aquella música negra se escuchaba en radios, sitios públicos y emisoras sintonizadas en onda corta desde los estados del sur de Norteamérica. La primera fusión de esta música negra con la percusión jamaiquina y el mento o ritmo de cal

Anaïs y yo (una historia de amor)

Por Solange Rodríguez Conocí a Anaïs en febrero del 2001 cuando entré a “Snaf”, una librería situada en la gran vía de Zaragoza y la vi quieta, frente a mí, menuda, pretenciosa, terriblemente estética. Confieso que buscaba literatura erótica para calmar los recientes tiempos austeros de sensaciones, usando la imaginación. Hacía frío, tenía hambre, estaba sola; me pasaba la tarde leyendo en cafés y cenando gaseosas de lata. En España todo era anormal y yo confiaba en la bondad de los desconocidos todos los días. De Anaïs me gustaron de inmediato su encendida boca menuda y su infantilidad, ella me sonrío desde la carátula del libro “Incesto” y el título terminó de despertar mi interés. La tomé a pesar de las tres mil quinientas pesetas que me costó. Esa noche también hubo gaseosa, pero fue acompañada. Exploré a Anaïs desde un discurso confesional y sobre la marcha me enteré que había comprado el tomo número tres de sus diarios íntimos; la escuché decirme cosas esenciales, hablar de co

El hombre con atributos

Por Leonardo Valencia Un verano, en un pueblo de la Toscana, el poeta polaco Adam Zagajewski escucha un concierto de cámara de una obra de Mozart. La interpretación es impecable pero los aplausos resultan apáticos y el poeta reacciona. ¿Por qué esa respuesta poco entusiasta del público por una pieza tocada con maestría? Esta pregunta sencilla es el detonante del cuestionamiento que Zagajewski trata de responder en su recopilación de ensayos estratégicamente articulados bajo el título En defensa del fervor (El Acantilado, 2005). Conocíamos ya su prosa sugerente en el ensayo, En la belleza ajena (Pre-textos, 2003). En aquel libro el placer de su lectura estaba dispuesto como un recorrido sinuoso por la percepción del poeta en fragmentos dispersos a modo de un diario sin cronología, no menos reveladores, y en esta “defensa del fervor” Zagajewski apunta a un cometido argumental donde reflexión y semblanzas se combinan para tratar de responder a una dicotomía que el siglo XXI no resuelve: l

ROY SIGUENZA O EL CANTO AL DESEO

(Portovelo, El Oro, 1958) Ha publicado los poemarios: Cabeza quemada, Tabla de mareas, Ocúpate de la noche y La hierba del cielo . Es uno de los poetas ecuatorianos más importantes de las últimas décadas. Más allá de que asume como pocos su identidad sexual; su poesía es un canto al deseo, al cuerpo, al silencio, a la ternura y a la desolación. Su poesía está llena de imágenes y de sensaciones simplemente inolvidables. PIRATERÍA Iré, qué importa. Caballo sea la noche. EN EL HOTEL I Una cama es todo lo que hay aquí sobre ella innumerables cuerpos se recuerdan II “Está prohibido escribir en las paredes” señalaba un edicto en la pared del cuarto, “todo lo demás está permitido”, le agregamos él y yo, riéndonos III Alguien estuvo antes de mí en este cuarto solo y supo que alguien estuvo antes de él en este cuarto solo FELICIDAD Bebimos cerveza de a poqui

Literatura y arte al quirófano

Augusto Rodríguez Director-editor del quirófano Releyendo un artículo publicado en el año 2004 por el diario EL UNIVERSO sobre las vidas intermitentes de las revistas culturales, me encontré de golpe una vez más con la gran problemática y triste realidad sobre el tema de las revistas literarias. Y sí, muchas nacen con grandes augurios pero de a poco fallecen de muerte lenta. La gran mayoría llegan al número 5 y de ahí no pasan. Cito un párrafo de este artículo donde se intenta dar varias definiciones sobre lo que es una revista cultural, y dice así: “Es un segunda vista de un acontecimiento; es un examen crítico de una creación; es una puesta en posición de los hechos, casi militar, para que alguien los examine; es un espectáculo, solamente que no está compuesto de distintos cuadros o escenas sueltas, sino de distintos artículos autónomos”. En la actualidad hay pocas revistas culturales en el país. Sigue saliendo cuando pueden las revistas El Búho, País Secreto, Anaconda, Eskeletra (es