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Dos destacados poetas de Latinoamérica (Segunda Parte)



Por Augusto Rodríguez


MAURIZIO MEDO:

“RESPECTO AL ÁMBITO CONTINENTAL, EL PROBLEMA NO ESTÁ EN LAS POÉTICAS. SÍ EN SU FALTA DE LEGITIMIDAD ANTE EL APARATO CRÍTICO”


Maurizio, vamos al principio, cuéntame ¿cómo entras a la literatura, a la escritura, a la poesía?

La única conclusión a la que podido llegar es que, en realidad, mi familia era un poema. Se hablaba en español, se gritaba en italiano y se insultaba en croata. Nací sin saber bien a qué lugar pertenecía. Como Westphalen “me sentía como en cuarentena permanente, reo de no estar integrado y no compartir las tradiciones”. Esto me llevó a buscar un territorio personal, que reflejara las realidades a las que pertenecía en simultáneo. Nací en el Perú, es cierto, pero también me emociono al oír Lijepa naša domovino (el himno croata) o el: Uniamoci, amiamoci/ L’unione e l’amore/ Rivelano ai popoli, del himno italiano. Sus territorios están dentro de mi poesía. Crecí rodeado de libros (la biblioteca de mi abuelo; la de mi padre, quien estudió filosofía y siempre estuvo cerca de la poesía; la de mi madre, psicóloga clínica...) Entonces leer (o escribir) era un premio, no una sanción (como ocurre ahora, debido fundamentalmente a la pésima educación escolar). Desde muy joven disfruté con Verne y Salgari, luego con Walter Scott, Jonathan Swift, Herman Melville... No sé cómo llegaron luego Charles Baudelaire, César Vallejo y Ezra Pound hasta el velador. La poesía fue su consecuencia.

¿Qué poetas son tus referentes y cuáles son tus autores de cabecera?

Demasiados. Están los filmes de Kusturica junto a La divina comedia. Los surrealistas con Patti Smith. Sarduy y Góngora con David Lynch. Los beatniks, Wim Wenders con Tom Waits. Los referentes no son específicamente literarios, varían. Pero los autores a los que vuelvo siempre son César Vallejo, San Juan de la Cruz y Sthépan Mallarmé.

He leído tu libro más conocido que es tal vez Manicomio cuéntame de este trabajo poético ¿Quién o quiénes viven en este Manicomio? ¿Qué es Manicomio?

Cuando me preguntan por Manicomio insisto en que no se puede leer como una “isla”. Manicomio, como El hábito elemental, La trovata, Urba et orbis, Dolosa hereda (por citar los últimos libros) forman parte de un mismo proyecto donde el lenguaje es el único y el gran protagonista. En Manicomio lo que vive son ideas ante las cuales la voz pierde su identidad y el autor, como sostiene Barthes, entra en su propia muerte. En Manicomio lo que acontece es la escritura. No creo que haya antinomia entre creación y crítica. Como dice Milán lo que varía es la “atracción material” o la “temperatura estética” (parafraseando a Jakobson). Toda escritura implica una interrogación desde la perspectiva que tenemos de la realidad y de la tradición. No creo que uno deba escribir con la conciencia lineal de un espacio o de un tiempo sino, como lo reclamaba Eliot, con la sensación de que la totalidad de la literatura tiene una existencia simultánea y compone un orden simultáneo". Esto implica obrar tanto con el lenguaje como con la conciencia. We must be still and still moving. Lo que verá el lector es este desplazamiento.

Hablando de este mismo libro Manicomio creo que este trabajo arrojó una serie de seguidores o imitadores de distintos niveles y talentos que de algún modo son tus propios epígonos ¿qué opinas de esto?

Eso implicaría asumir a Manicomio como un libro “diádoco”. Desde el momento en que hay una búsqueda por una existencia y un orden simultáneos es natural que la obra (no el autor) encuentre interlocutores. A veces me dicen: “Encuentro en tal autor varias cosas del Manicomio”. Un momentito, ¡esas cosas ya estaban antes que apareciera el libro! Si posibilita que los nuevos autores dialoguen con Juan Luis Martínez, Héctor Viel Temperley con los neobarrosos o con los concretistas (cabría un largo etcétera) eso es bueno. El resto no importa.


Sé que se debate por ejemplo el tema del barroco en la poesía actual de nuestra América, pero tengo la impresión de que, especialmente en los encuentros y festivales, se están imponiendo otras visiones y proyectos poéticos que quisieran aparecer como oficiales.

Para empezar, la poesía latinoamericana actual no puede simplificarse en la dualidad conversacional-neobarroso. Eso es algo ramplón. Si fuera así, tan simple, ¿dónde situamos a Juan Luis Martínez y a Diego Maquieira? ¿Zurita es neobarroso, visual o concreto? ¿Hasta qué punto es válida para escrituras como las de Marosa Di Giorgio o Wilson Bueno la visión taxonómica prosa- poesía? Ojo que todos los autores que menciono son “de culto” y de gran influencia en muchas las poéticas que están en un proceso germinativo. Lo que quiero decir, en primer lugar es que desde hace mucho, entre lo conversacional y lo neobarroso, se extienden zonas intermedias de lenguaje. También entre los géneros. Podría decir: “Rulfo es un gran poeta” o, ¿por qué, no? “Paradiso es la obra poética más importante de Lezama”. Desde las vanguardias se abrió un diálogo, aún inconcluso. Entonces, ¿la novísima latinoamericana (que más parece el nombre de una “orquesta tropical”) lo que hace no es atar los cabos que quedaron sueltos? Esto viene desde atrás. Aunque, a veces, como dice Elitis, algunos no perciben el espejo y se rompen la cara. Kozer me comentaba que, hoy, en vez de “neobarroco”, él utilizaría el término “poesía de la dificultad”, pues, todos nos expresamos desde “una densidad, desde índoles de ocultamiento, de pliegues y repliegues, de recodos y revueltas de caminos”. Me gusta la idea. La “dificultad” no está sólo en la expresión sino que también entra en juego en la asimilación de una nueva realidad (sensibilidad global, pragmatismo mediático, informatización y shows perfomáticos) que más que asombrarnos puede llegar incluso a cohibirnos. Lo oficial es lo plural, la dispersión, lo babélico. No creo que nadie pretenda, mucho menos sugiera, tal o cual línea discursiva como la “oficial”. Lo he dicho antes: la poesía se escribe desde la ausencia de un centro.

Pienso que tu generación (peruana y del continente) todavía no goza de la apertura y del conocimiento real que debería tener sus poéticas ¿A qué se debe esto?

Recuerda que en el Perú, entre 1980 y el 2000 el conflicto armado entre las fuerzas del orden y los grupos terroristas dejó como saldo casi 70,000 víctimas. Esto, sin mencionar la corrupción durante el fujimorato y el aumento vertiginoso en la extrema pobreza. Haber sobrevivido ya es en sí meritorio. Respecto al ámbito continental, el problema no está en las poéticas. Sí en su falta de legitimidad ante el aparato crítico.


Si tuvieras que dar un mapa poético actual para tratar de entender los procesos y la poesía contemporánea de tu país, ¿quiénes serían y por qué?

Para responderte debo referirme nuevamente al mismo punto. Creo que la heterogeneidad, que caracteriza a la poesía peruana de los últimos veinte años, rebasó la capacidad analítica de un aparato crítico, cada vez más precario. Establecer el mapa peruano, así como lo sugieres, implicaría una aceptación tácita de lo que aquí, y aquí es el Perú, se asume como generación, esto es un ciclo vital que muere y reinicia cada diez años. Como sea, creo que desde los ochenta hasta hoy, la poesía peruana ha sido capaz de responder a su tradición, quizá la más rica del continente, y eso es bastante.

¿Actualmente en qué proyectos literarios está Maurizio Medo?

Concretamente reiniciar los talleres que dirigí hasta el 2006 en Arequipa; realizar algunos viajes, que venía postergando; la edición final de Manicomio con una editorial mexicana y ya se verá. El único proyecto constante es la escritura.


NOCTURNO


las sombras se alborotan al desmirar la atrofia de la urbe
(donde no existimos en realidad)

gira la esfera azul (oh tercero de los mundos)
reacomodando el fin en lo que acaba de culminar

de ahí los lenguajes con rictus de terror
de ahí las manchas de sed
en plena garganta ecuatorial
(lo gris en lo gris)

de ahí que amor nos deja solos para dar cuenta de sí

negro trajín de muerte en oh baile de rosas

no ves los esmaltes tornasolados de la flor
sólo espinas contra opacos firmamentos

de ahí también el hierro al rojo que
se aproxima un paso
y en el otro fija
fuego en el carbunclo

ardes en fiebres multicolores
prendida desde los vientos de tu sueño
y en mitad de la noche te tiendes hacia arriba/ volátil e intocable
y en mitad de la noche te tiendes hacia abajo/
calibrando el logos en luchas intestinas

yo callé al oír tu voz en mi canción

siempre vi en ti el mar
-y no al tiempo-
sonriente como el amor

no me preguntes cómo dorar el corazón de rojo alquímico
cómo percibir su música operática dando una o varias veces la vuelta

vamosel cielo tiene playas dónde quebrar esta falsa verdad.
¿ dónde sino el loco yeats adulteró la alegoría platónica?
¿y prufrock dónde quedó boquiabierto
ante la dama del columpio
y alucinó con fragilión y príapo?

es la misma costa donde saltan las aguas sopladas por lezama
y los rumores se desconocen del origen

vamos, no sabrás de otra eternidad


DOLOSA HEREDA
(Fragmento)

2.

dejémosla alelada con la trama de la novelita “tradición”

aromas noctívagos de absenta revelan la imagen
de una rosa que seda en creciente encarnación
-atrás música el funk improvisado del flanneur-
en perfectos claroscuros el piano cimbra un tango
que rampa ingüinal por las sombras del bulín

en otra altura la musa rumba ciega ante el denuedo
de quien escorza un pálpito de amor contra su piel
más allá los poetas hipan rimas contumaces
el deseo cuaja en el rouge salival en alquiler

“dolosa hereda” es una impronta del capítulo final
ahora ella lee aquel de la bohemia como un limbo
que infatúa entre el véspero y un agraz amanecer
por eso insiste – colónidas con tilde-

los niños copian coma aquí apóstrofe acá y fisgan
mientras ríen de las fotos retocadas: líridas estáticos en poses baladí
como si la poesía modelara entre piezas de murano
flores muertas tatamis y jarrones marroquíes
los poemas ahí son vistos como petos y lanzones
como si los poetas muertos hubieran absuelto las histerias
para modelar cum laude con la gloria negada de raíz

pero ella busca con qué hacer soñar los pizarrones
y con vanos leitmotivs para el taller


Maurizio Medo (Lima, Perú, 1965) Premio Nacional de Poesía, Martín Adán, 1986. Premio de Poesía José María Eguren 2005. Reciente finalista para el premio Poesía Hispanoamericana “Festival de la Lira”. Ha publicado los siguientes libros de poesía: Travesía en la calle del silencio (E.A, Lima, 1988), Cábalas (Jaime Campodónico/Editor, Lima, 1988), En la edad de la memoria (Jaime Campodónico/Editor, Lima, 1990), Contemplación a través de los espejos (Jaime Campodónico /Editor, Lima, 1992), Caos de corazones (Luna azul, Colección de Luxe, Lima, 1996), Trance (Colección del Sol Blanco, Lima, 1998), Limbo para Sofía (Serie Ficciones, Fondo editorial de la PUCP, Lima, 2003), El hábito (ASALTOALCIELO, Arequipa, 2004), El Hábito elemental ( Latino Press, Nueva York, 2004), Manicomio (Calabaza del diablo, Santiago de Chile, 2005, 1era edición), La trovata (ASALTOALCIELO, Boston, 2006) En coautoría con Raúl Zurita publicó La letra en que nació la pena, muestra de poesía peruana 1970-2004 (Ediciones del Santo Oficio, Lima, 2004) y con Eduardo Milán, Escribir contra la pobreza (Ediciones de Monte Carmelo, Tabasco, 2005). Es autor también de No nos hemos perdido: lectura personal de la obra de Raúl Zurita (Tranvía editores, Lima, 2007). Ha sido distinguido con el Premio Nacional de Poesía “Martín Adán” 1986 y el Premio de Poesía José María Eguren 2005. Su obra ha sido antologada en diversas publicaciones hispanoamericanas, donde destaca Pulir huesos: Veintitrés poetas latinoamericanos.

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