Hoy, en la ciudad de Guayaquil, falleció Luis Félix López, médico, novelista, cuentista y poeta manabita, radicado en la ciudad de Guayaquil. Estuvo fuertemente vinculado a la política, que lo llevó a ocupar cargos en las funciones ejecutivas y legislativas. En el año 1973 quedó finalista en el Concurso Internacional de Novela, en México, con su libro Los designios, con un jurado compuesto por Mario Vargas Llosa, Miguel Ángel Asturias, Miguel Otero Silva, José Revueltas y que ya lleva varias ediciones. Fue director y editor de prestigiosas revistas médicas en Estados Unidos, España y México. Entre otros destacados libros publicó El talismán (1995) y La noche del rebaño (Premio Joaquín Gallegos Lara, otorgado por el Distrito Metropolitano de Quito). En los últimos años de su vida fue el Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, Núcleo del Guayas, cargo que por su larga enfermedad tuvo que cederle a la poeta Rosa Amelia Alvarado. Paz en su tumba. (En la foto superior el escritor aparece a la izquierda).
Velásquez & Velásquez Editores Colección Juvenalia, Serie Viva Quito, Ecuador, 2012 Por Santiago Páez Introducción Tal vez una de las caracterizaciones que podemos hacer del trabajo de un escritor es la de asegurar que su función en la sociedad y ante el mundo es la de devenir en un desapasionado relator de lo atroz. Hay escritores bonancibles e incluso algunos han redactado obras que alegran el espíritu y nos muestran el lado amable de las cosas. Y sus obras, sin dejar de merecer el respeto que debe otorgársele a toda producción humana, son menores, limitadas, no llegan a ser artísticas del todo. Es que esa tarea de reconciliarnos con el mundo no es la del arte, es la de los discursos memos de los medios de comunicación de masas: el cine de Hollywood, las telenovelas mexicanas o la música pop. El arte, el verdadero, está para que a partir de su apropiación, de su lectura, los humanos construyamos, en nuestras mentes, una simulación lúcida del mundo. Y
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